Hoy lei en los diarios, la brutal represión que la dictadura cubana ha efectuado con las denominadas Damas de Blanco, una organización de madres y esposas que luchan por la liberación de los presos políticos del régimen castrista, que, basados en un terrorismo de estado que ya lleva 50 años, ataca a todo disidente político, dirigente social, y hasta homosexuales, simplemente por no apoyar el régimen.
Es inevitable comparar la lucha de estas mujeres con la que en su oportunidad emprendieron las Madres de Plaza de Mayo en los 70's, lo cual entonces lleva a considerar sencillamente incomprensible la falta de solidaridad, de apoyo, de dura condena de las ahora kirchneristas mujeres vendidas por pocas monedas y encabezadas por Hebe de Bonafini. El silencio de esta organización, que incluso lleva a dividir entre "dolores con causa" (el de ellas, el de sus hijos desaparecidos, el de las muertes de los luchadores "sociales") y "dolores sin causa" (el de aquellos que se oponen a regímenes de izquierda, tanto o más brutales que los pergeñados por derecha).
A ver si nos entendemos: toda dictadura es mala, por esencia. Toda falta de libertad, toda prohibición sobre la libertad de expresión sobre los hombres, provenga de donde provenga, es de una violencia absolutamente condenable. Es tan horrorosa la dictadura de Videla como la matanza de seres humanos en la Rusia stalinista; es tan espantoso el régimen de Pinochet con sus estadios con personas torturadas como el anacrónico dictador cubano.
La lucha por los derechos humanos, pues, es una lucha por las libertades y derechos de TODOS los seres humanos, por la garantía de libertad de TODA la humanidad. El delito no conoce de derechas e izquierdas, es delito por la acción en sí, y no pide documento de identidad.
Es patético ver a los "progres" argentinos vivar con emoción y hasta lágrimas en los ojos a Fidel Castro en su triste alocución en las escalinatas de la Facultad de Derecho de la UBA años atrás, y posteriormente debatir (libremente, desde ya) tomando café en La Biela, o lo que es peor, en un Mc Donalds. Son los mismos que no podrían subsistir más de 2 minutos (sí, dos minutos) en un régimen cubano (como casi toda la clase media argentina). Es tan insólito este país que la izquierda argentina ni siquiera nunca contó con el favor de las clases obreras identificadas (para mal o para bien) con el peronismo desde hace 60 años. Por eso sus más ruidosas que concurridas manifestaciones de 40 o 50 tipos, en su mayoría estudiantes pero sin obreros.
Como decía el genial Sábato, "cuando al terrorismo se le responde con el terrorismo de Estado, lo que triunfa es el terrorismo en sí".
Condenemos a toda clase de dictadura y de terrorismo de estado, más allá de con qué mano se empuña el arma para acallar voces.
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