viernes, 5 de marzo de 2010

¿Hasta cuándo?

¿Hasta cuándo vamos a seguir siendo maltratados?
¿Hasta cuándo una presidenta autodenominada democrática (simplemente por haber sido elegida en elecciones) va a desconocer la autoridad del Congreso de la Nación? ¿A cuánto estamos de un decreto de necesidad y urgencia ordenando el cierre del Congreso por "desestabilizador"?
¿Hasta cuándo vamos a tolerar la desobediencia por parte del PEN a sentencias judiciales? ¿Qué se espera que haga una persona común si la máxima autoridad se caga (literalmente) en lo que disponen los jueces de la Nación? ¿Con qué autoridad moral un presidente puede exigir a los habitantes de la Nación el apego a las normas?
¿Hasta cuándo los sectores productivos van a soportar la política de castigo a la que son sometidos sólo porque la paranoia matrimonial los considera golpistas? El campo y la agroindustria han sido los motores (a pesar de este gobierno) del crecimiento económico del interior que ha llevado in cluso a Rosario a ser una de las ciudades más favorecidas (basta comparar esta ciudad en los 90 con la epoca actual).
¿Hasta cuándo se va a violentar la libertad de expresión en este país llamando desestabilizadores a todos los medios que no sean propiedad de los amigos del poder? ¿Llegaremos al extremo que La Cámpora incendie el diario Clarín como en su momento las hordas peronistas quemaron La Prensa (1955)?
¿Hasta cuándo una Nación va a seguir perdiendo una oportunidad histórica nunca antes vista en donde la Argentina por su producción puede tener un rol internacional destacado? ¿Cuál es límite de la paciencia para tolerar los serios desvíos y errores políticos de un gobierno en los próximos dos años con consecuencias nefastas para el país que llevará décadas erradicar?

Estoy cansado, estoy asqueado, estoy harto que la Primera Dama me rete, me llame desestabilizador, golpista, neoliberal, nostálgico de Videla, oligarca. Estoy podrido de la violencia verbal de su marido, de las puteadas de Hebe, de los actos patoteriles de D'Elia.

No soy golpista y sinceramente, la sociedad argentina ya no lo es. El último intento golpista en Argentina fue en la Semana Santa de 1987 contra Alfonsín y millones de argentinos salimos a las calles para defender la democracia. El patético y débil gobierno de De la Rua no se suplantó con militares y tanques en las calles ni nadie llamó a las puertas de los cuarteles, sino que la misma democracia dotó al sistema de herramientas para una salida institucional (luego se podrá discutir los resultados de dichas acciones o de quienes las llevaron a cabo).
Ni los radicales, ni los liberales, ni los peronistas (sí queridos peronchos, Uds también golpearon las puertas de los cuarteles, aunque se hagan los boludos), ni el resto de la sociedad piensa en ese tipo de soluciones, ni aun las diezmadas fuerzas armadas tienen ganas de meterse.
Pero esto no puede dar lugar a dejar gobernar a este matrimonio con serios problemas mentales, que ven una conspiración permanente y flotan en una realidad que no existe y lo que es peor, están convencidos de ella.
Que la Primera Dama insulte al Parlamento anunciando decretos en el inicio de las sesiones ordinarias es una provocación atroz. Que en su largo y soporífero discurso no mencione la palabra inflación es cagarse (no encuentro otro sinónimo) en las clases medias y pobres que precisamente la elevaron en su cargo en 2007.

Creo que la democracia y la Constitución Nacional nos da a los argentinos las herramientas necesarias para parar con todo esto. El Juicio Político es aplicable ya, sin demoras. Los resortes de la Justicia tienen que actuar de inmediato. Es claro que este gobierno busca "zelayizarse" (por el ex presidente de Honduras derrocado por la Corte Suprema) y están provocando ello, dado que no quieren ser los responsables del ya inevitable ajuste.
También creo que la oposición tiene que terminar con el infantilismo de jugar partidos de futbol con el Gobierno y ganar por uno o dos goles cada sesión, dado que en el medio está el pueblo. Como votante no peronista, exijo saber que propone Carrió, además de leerme la borra de café o mirar la bola de cristal por los canales de TV; qué piensa hacer Cobos más allá de su fama de tranosche por su voto no positivo; qué pueden aportar los socialistas más allá de su experiencia exitosa en la intendencia de Rosario y su hasta ahora deudor gobierno provincial; qué ideas tiene el PRO dado que el gobierno de la Ciudad deja aún muchísimo que desear.
Es hora. No perdamos más tiempo. Defiendo con uñas y dientes la democracia y como hombre de ley defiendo a la Constitución Nacional. El mundo clama por lo que Argentina produce. Un año y medio para los tiempos actuales es mucho tiempo. Utilizando las herramientas que la CN nos da y dentro del marco democrático podemos parar con esta locura, que no trata de ideología, es sólo sentido común y defensa del país.
¿Hasta cuándo?

Estoy cansado

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