miércoles, 3 de marzo de 2010

Historia, a Marzo

Luego de escuchar estoicamente el larguísimo y patético discurso de la Primera Dama que Ocupa el Sillon de Rivadavia, con sus recursos autorreferenciales, y su única visión de la realidad (al que una corte de adulones descerebrados de su gobierno siguen aplaudiendo, más por aburrimiento que por convicción), todavía no puedo creer que haya gente (aun dentro de los opositores) que elogie a CFK por su "oratoria" (¿?). No sabe cerrar una frase, se va por las ramas, su discurso no tiene coherencia (más allá de mentir y mentirse), cae en groseros errores dialecticos, de precisión numérica, etc.
Ahora bien, lo que resultó patético (si lo hubiéramos dicho los antiperonistas, seríamos categorizados como gorilas, vendepatrias, proyankis, etc), fue su referencia a la relación entre el peronismo y las fuerzas armadas. Sí señores, por primera vez un presidente peronista reconoce que Perón surgió de las fuerzas armadas golpistas que, en nombre de la patria, se alzaron con el gobierno constituido e impusieron a sangre y fuego sus decisiones (me refiero al golpe de estado de 1943).
El error histórico que ha cometido la Primera Dama es muy grosero. Si bien Perón era militar (no era general cuando se asestó el golpe en 1943), fue partícipe (y con importante rol) en el primer golpe militar contra un gobierno democrático (Yrigoyen, 1930). Nunca lo reconocieron los peronistas, y menos aun en un discurso ante la Asamblea Legislativa. Peor aún, expresó que el nacimiento del peronismo fue cuando Juan Domingo integraba la logia del GOU (Grupo Oficiales Unidos) de clara tendencia filofascista y filonazi. Esto es tan cierto como la ignorancia de Cristina, dado que, a fuer de sincero, el peronismo como partido surgió en 1946, y no antes. Ahora bien, lo que termina de hacer más bizarro aun es el aplauso cerrado y con tanto fervor de los.... peronistas!!!! Lo cual me lleva a la conclusión de siempre: o los peronistas realmente no saben lo que es el peronismo (a nadie se le ocurriría festejar que el nacimiento de un partido político se debió a un líder golpista); o los diputados escuchan la voz chillona y autoritaria de la Primera dama, y aplauden aun sin entender lo que dice.
Tal magnitud de errores de precisión por creer que no leyendo un discurso es una genia la hace llevar a estos tristes papelones (por muchísimo menos, a De la Rúa lo tildaron de aterioesclerótico y a Menem de bruto por leer a Sócrates).
Sé que esto, frente al atropello institucional que el Gobierno ejerce sobre la República, es nada, pero también es un símbolo nefasto de la absurda interpretación de la realidad que estos ignorantes tienen. Baje de su nube de pedos, señora.

Abrazos Varios

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