Una de las cosas que me hacen ruido en la cabeza últimamente en esta pseudo batalla entre Gobierno y Medios es la mala utilización de las palabras "libertad de expresión". Como dije en otras entradas, en este país es difícil estar en el medio, porque los extremismos argentinos te tiran para un costado o el otro. Veamos.
Cada mañana, al levantarme, la tele me muestra varios canales de noticias, que van desde la TV K (Canal 7) a la anti K (TN, desde 2008, a fuer de sinceros). América juega su partido por De Narvaez, C5N es Cristina 5 Nestor, y así en general. Pero hay un abanico de opciones para ver.
Si uno compra el diario puede elegir entre el conservador-liberal La Nación, de clara tendencia opositora, hasta Página 12, excesivamente oficialista. La radio también ofrece opciones, desde Radio 10 (debería llamarse 10%, por los sobres que recibe) hasta Radio Mitre. Incluso hasta las Madres de Plaza de Mayo tienen su radio.
Entonces, ¿dónde no hay libertad de expresión? ¿Dónde hay censura? ¿Acaso algunas librerías sacó de circulación los libros de Tenembaum, Majul, Fontevecchia, Zunino?
Es falso advertir que cuando se ataca al Grupo Clarín (absolutamente reprochable) se ataca a la "libertad de expresión". Lo que se ataca es lo que verdaderamente le importa a Clarín: sus negocios. Hasta 2007, el Grupo tenía una excelente relación con el Gobierno mientras otros medios iban desnudando la terrible corrupción que esta patotacracia iba generando en nombre del pseudo progresismo. De hecho, fue Néstor quien prorrogó las licencias de su Canal 13 o Radio Mitre y autorizó la fusión Cablevisión-Multicanal. Hasta tentó al Grupo con la compra de Telecom (luego optó por seducir a Eurnekian y hoy a Garfunkel). Como contraprestación el Grupo silenció oprobiosamente las denuncias que casi inadvertidamente deslizaban el Diario La Nación o Perfil. Para muestra basta un botón: esta cadena de noticias sobre presuntos negociados en Venezuela yo ya los leí en una nota de Jorge Lanata en Perfil en...2006!! ¿Dónde estaba Clarín en ese entonces? Negociando con el Gobierno. ¿Dónde estuvo el diario denunciando la distribución de la pauta publicitaria oficial cuando los medios críticos como Perfil o La Nación eran ignorados? Negociando con el Gobierno. ¿Ahí no se atacaba la libertad de expresión? ¿O sólo se viola esa libertad cuando se le "pega" a Sylvestre y Bonelli? ¿Por qué no se les dio espacio en TN, o en Radio MItre, o en Telenoche a Fontevecchia, o periodistas de Santa Cruz que sufrían esos ahogos financieros?
También es falso el apotegma del Gobierno al decir que nunca como ahora hubo libertad de expresión como hasta ahora. Si la hay, ¿para qué modificar la Ley de Medios? ¿Acaso no cuentan con Canal 7, Página 12, los blogs de Animal Fernandez, los diarios gratuitos de Spolzki (que en realidad pagamos todos), Canal Encuentro, Telam, más los medios "comprados a medias" como el Grupo Hadad, el Grupo Moneta o Telefé? En todo caso, habrá que analizar internamente por qué la gente elige leer Clarín a Página, o TN a Canal 7, o escuchar Radio Mitre a Radio Nacional.
Sí hay un duro ataque a la libertad de expresión que, oh casualidad, los medios que dicen ser atacados no mencionaron, o lo hicieron tan inadvertidamente que es lo mismo que no hacerlo. Hace ya varios días que no sale a la calle el Diario Crítica, fundado por Lanata, pero hoy en manos de otro grupo económico. Uno de los motivos de esa debacle, fue el "castigo" del Gobierno a un medio independiente pero opositor no dándole pauta publicitaria oficial. Los periodistas quedaron sin trabajo, por ende, sin posibilidad de expresarse. ¿No es esto el peor ataque a la libertad de expresión de los últimos tiempos? ¿Por qué Clarín lo comentó sólo en media columna del diario y en sus otros medios no habló ni dijo nada? ¿Tuvo la misma actitud que cuando se empapeló la ciudad con los asquerosos afiches denunciando periodistas (del Grupo)? ¿Por qué calla La Nación? ¿Por qué calla Perfil que también fue víctima de ese tipo de acción detestable del Gobierno?
Confieso que nunca leí Crítica, que alguna vez lo he visto y me parecía estéticamente un diario feo, pero no dejo de condenar que se callen las voces.
El silencio de los autodenominados "defensores de la libertad de expresión" es sospechoso, hoy coincidiendo con el del Gobierno, que se saborea una victoria al derrotar a un medio independiente mientras el Grupo Spolzki está a días de lanzar un nuevo diario con clara tendencia oficialista.